Un estudio comparativo nuevo destaca la desconexión entre los libros populares de finanzas personales y la teoría económica actual.
MÉXICO.- Por suerte, la información sobre finanzas personales estás más accesible y más viva que nunca. Opciones como trabajar para crear un fondo de emergencia, fórmulas de ahorro o cómo evitar endeudarse se pueden leer y encontrar con distintos métodos, el cual cada uno parece ser más sencillo.
El problema es que en un momento de inflación y de inestabilidad como el actual, la ciencia económica recomienda justo lo contrario a todos esos consejos habituales de ahorro que son tan habituales.
Un estudio comparativo nuevo destaca la desconexión entre los libros populares de finanzas personales y la teoría económica actual.
El autor del documento, James J. Choi, es profesor de finanzas en la Universidad de Yale. Para su trabajo, primero peinó los 50 libros de finanzas personales más populares según la aplicación Goodreads en 2019.
Esa lista incluye tomos muy conocidos como Padre Rico Padre Pobre, de Robert Kiyosaki o Necesitas un presupuesto. A continuación, comparó las conclusiones más comunes de los libros de finanzas personales con los supuestos y principios de la teoría económica dominante.
Choi concluye que los expertos en finanzas personales se apartan de los economistas en cuanto a los mejores enfoques para el ahorro, la gestión de la cartera financiera, el pago de las deudas y la propiedad de la vivienda.
Pero aunque los expertos en finanzas personales pueden estar equivocados en algunas cosas, Choi afirma que sus consejos tienen dos ventajas sobre la teoría económica: son fáciles de entender para los profanos y abordan las cuestiones monetarias teniendo en cuenta las limitaciones humanas, como la dificultad de ceñirse a un presupuesto.
Las finanzas personales van más de psicología que de otra cosa
Choi compara varios patrones comunes, y apunta las diferencias. Por ejemplo, los libros de finanzas personales recomiendan ahorrar entre un 10 y un 20% de los ingresos siempre de forma líquida, mientras que la teoría económica recomienda que es más útil hacerlo solo desde la edad adulta, aprovechando la juventud para invertir -que no gastar, pero tampoco ahorrar- todo lo posible.
También hay diferencias en cuanto a ahorrar para la jubilación, mientras que solo están de acuerdo en preferir la inversión a largo plazo que en corto mediante, por ejemplo, fondos indexados.
Choi señala que los economistas tienden a pensar en el ahorro de forma muy diferente a los expertos en finanzas personales. Por ejemplo, tienen en cuenta factores como el coste de oportunidad; por ejemplo, la contrapartida de acumular una cuenta de ahorros sólida puede impedir que se invierta ese dinero en el mercado de valores o que se compre un coche nuevo para sustituir el que acabará costando miles de dólares en reparaciones.
Por el contrario, los académicos están atentos a las formas en que el ahorro excesivo puede perjudicar a la economía, que depende de que la gente gaste dinero en diversos bienes y servicios.
Sin embargo, también matiza que los expertos en finanzas personales no tienen que preocuparse por este tipo de efectos. Su objetivo es precisamente ese: que sean personales.
Fuente: Universidad de Yale, James J. Choi.