Obtener un plástico es tan fácil como endeudarse con él, ya que estos productos financieros sólo son benéficos para consumidores de cierto perfil.
MÉXICO.- Seguramente ha vivido esta situación: paseando por alguna tienda o centro comercial, lo detiene un promotor de tarjetas departamentales que en 30 segundos pretende explicarle por qué este plástico es la respuesta a todos sus problemas en la vida.
No pide demasiados requisitos ni comprobantes, e incluso puede estrenarla ese mismo día en el establecimiento a la que pertenece.
Se ve tentador, sí, pero ¿realmente sabe a qué se está enfrentando en caso de aceptarla? El vendedor acudirá a eufemismos para hacer que acepte el producto, pero quizá en su estado de cuenta ya no suene tan bien todo aquello que le dijeron cuando aceptó.
Debe tener en claro los intereses que lo llevan a adquirir una tarjeta, departamental o de crédito, antes de conseguirla, ya que por la facilidad con la que se pueden obtener puede no ser la indicada para sus necesidades; haga un estudio de sus gastos, y verifique si esa tarjeta le traerá un beneficio, pues tenerlas sin un motivo claro puede manchar su historial y lastimar aquellos créditos que pudieran haber sido más efectivos , recomienda Paul Dávila, analista de Banca y Seguros de ComparaGuru.
Si el promotor le sonríe mientras le extiende el brillante plástico para que comience a utilizarlo en ese instante, deténgase un momento a considerar si se ajusta a su perfil como consumidor y amortiguará sus gastos, o sólo desequilibrará sus cuentas sin beneficios.
Una opción de generar historial... para los totaleros
Aunque el principal y más evidente beneficio de las tarjetas departamentales son los descuentos y meses sin intereses que obtiene al realizar sus compras en el establecimiento emisor del plástico, la manera de utilizar este producto financiero como en el caso de las tarjetas de crédito determinará un consumo sano o una manera de endeudarse sin objetivo.
Ser totalero o pagar los mínimos con su estado de cuenta es lo que determinará la relación que tenga con su tarjeta. No obstante, si en el caso de los plásticos es perjuicioso pagar sólo el monto mínimo, en el ámbito de las departamentales es prácticamente ponerse la soga al cuello, pues el Costo Anual Total (CAT) de éstas suele ser muy elevado y endeudarse de esta manera sólo le traerá dolores de cabeza.
Al respecto, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) conmina a que antes de aceptar una tarjeta departamental verifique rubros de la tarjeta, como el CAT, si tiene un interés fijo o variable y la anualidad, ya que de ser muy alta y si no utiliza mucho el plástico, puede ser un gasto innecesario.
Por otra parte, y en caso de que usted haya acudido a un banco para intentar tramitar una tarjeta de crédito y se le haya negado por la ausencia de un historial crediticio, las tarjetas departamentales pueden ser una opción para generar un reporte y comenzar a construir un patrimonio.
Los bancos piden un buen historial crediticio para otorgar financiamientos, y éste debe tener de seis meses a un año de antigüedad; las tarjetas departamentales le pueden ayudar a generarlo, pero con responsabilidad, conmina Dávila.
Por ello, se recomienda que si compra a meses con estos productos sea totalero en su mensualidad para generar un historial sano.
Fuente: Condusef y ComparaGuru