El uso de los códigos QR se volvió una práctica habitual, pero este también expone al usuario a ser víctima de fraudes y robos de datos
MÉXICO.- Gracias a que los teléfonos inteligentes de última generación pueden leer códigos QR desde sus cámaras, negocios de todo tipo han implementado esta técnica para compartir información con el usuario, desde menús en restaurantes, hasta promociones en tiendas departamentales.
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Pero esto también representa un riesgo para el usuario, pues un ciberdelincuente puede pegar un código QR falso sobre uno verídico y este mandaría a la víctima a una URL maliciosa que puede robar datos importantes.
Incluso, estas prácticas de la delincuencia también son utilizado en cajeros automáticos, en donde el QR los envía a una página similar a la de la entidad bancaria y roba los datos de la cuenta del usuario.
Mediante un código QR se han secuestrado cuentas de mensajería instantánea, accediendo a los contactos, archivos y conversaciones de sus usuarios, ya que el uso de esta aplicación en un ordenador requiere emplear un símbolo de este tipo que los cibercriminales utilizan para robar los datos, indican también desde la Universitat Oberta de Catalunya(UOC).
“Los códigos QR, formados por puntos negros dispuestos en un cuadrado sobre fondo blanco y con cuadrados fijos en tres de sus esquinas, se han hecho más populares a partir de la pandemia de Covid-19”, según Jordi Serra Ruiz, profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en Barcelona (España).
¿Cómo surgió el Código QR?
Este sistema lo desarrolló en 1994 el ingeniero Masahiro Hara, de la empresa japonesa Denso Wave, una filial de Toyota, inspirándose en la disposición de las fichas blancas y negras sobre el tablero durante una partida de Go, un juego de estrategia originario de China y muy popular en Asia.
Sin embargo, su auge global comenzó años más tarde, a partir de 2002, cuando se comercializaron en Japón los primeros “smartphones” con lector de códigos QR incorporado, y las empresas comenzaron a lanzar los primeros códigos QR orientados al consumidor, según la filial para América Latina de la compañía de ciberseguridad Kaspersky.
Cada imagen de un QR encierra un conjunto de caracteres codificados que puede ser leído y decodificado mediante la cámara y una aplicación del teléfono móvil, llevando de inmediato al usuario a una dirección URL, una aplicación, un mapa de localización, un correo electrónico, un perfil en una red social o una descarga de un archivo desde la web.
Con información de: Forbes México