Luego del profundo bache que representó la crisis generada por la pandemia, la actividad productiva venía recuperándose paulatinamente, sin embargo, el difícil contexto mundial y la inflación han empañado el escenario para 2023.
MÉXICO.- La perspectiva económica para el año que viene en México no es muy alentadora.
Luego del profundo bache que representó la crisis generada por la pandemia, la actividad productiva venía recuperándose paulatinamente, sin embargo, el difícil contexto mundial y la inflación han empañado el escenario para 2023.
Para el próximo año se espera que el dinamismo de la economía sea menor al de este año, lo que tendrá varias repercusiones para los negocios, los emprendedores, los trabajadores, las familias y para la población en general.
El que la economía crezca menos implica que la actividad empresarial en el país será menor por lo que sus ingresos tenderán a disminuir.
Esto significa que no contarán con recursos suficientes para echar a andar nuevos proyectos, ampliar su actividad o contratar más personal e incluso podría haber recortes en la plantilla laboral.
Lo anterior tiene mayor impacto en los pequeños y micro negocios que cuentan con menores capacidades para superar la contracción del mercado. Lo anterior es de llamar la atención si tomamos en cuenta que este tipo de empresas son responsables de más de 70% del empleo en el país.
Menos empleos de calidad y más informalidad
En este contexto, la economía tendrá una menor capacidad de generar empleos de calidad, con prestaciones y salarios suficientes, por lo que los ingresos laborales podrían ser más precarios de lo que son actualmente.
Con la menor oportunidad de empleos formales tenderían a aumentar los empleos informales y la desocupación, lo que impacta en el ingreso familiar con una menor capacidad para cubrir sus necesidades. Lo anterior es especialmente grave en un contexto de alta inflación como la que se estima que todavía vamos a padecer el año entrante.
Los menores ingresos y capacidad de compra de las familias reducirán la demanda de bienes y servicios, lo que agudizará el menor dinamismo de empresas y negocios.
Fuente: Rubén Migueles