A pesar de la disminución del porcentaje de pobres, 181 millones de latinoamericanos enfrentan la pobreza, destacando desafíos estructurales y la urgencia de una inclusión laboral equitativa
MÉXICO.- Aunque América Latina ha experimentado una reducción del 1.2% en el índice de pobreza desde 2019, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revela que más de 180 millones de personas, aproximadamente el 29% de la población, aún viven en condiciones de pobreza.
José Manuel Salazar-Xirinachs, presidente de la Cepal, subraya que, lamentablemente, esta mejora no se traduce en motivos de celebración, ya que la pobreza extrema persiste y afecta a 70 millones de latinoamericanos, privándolos de la capacidad para adquirir una canasta básica de alimentos.
En la presentación del informe "Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023: la inclusión laboral como eje central para el desarrollo social inclusivo", Salazar-Xirinachs enfatiza la necesidad de centrarse en la inclusión laboral como piedra angular para superar la pobreza.
Sin embargo, señala que los desafíos son significativos, especialmente para jóvenes y mujeres, quienes enfrentan barreras como la distribución desigual del trabajo de cuidados y la carencia de sistemas integrales de cuidado.
La inclusión laboral, esencial para abandonar la pobreza, se ve obstaculizada por la falta de oportunidades para jóvenes y mujeres. Más de la mitad de la población trabaja en la informalidad, y las mujeres enfrentan desigualdades significativas en la distribución del trabajo de cuidados.
Aunque muchos jóvenes encuentran empleo en plataformas digitales, carecen de prestaciones sociales, lo que los sitúa en desventaja.
El informe destaca que la creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950, y la pandemia de 2020 exacerbó la situación, con una disminución del 8.2% en la creación de empleo, la única caída registrada en los últimos 70 años.
Entre los 292 millones de personas empleadas en la región, la mitad trabaja en empleos informales, un quinto vive en situación de pobreza, cuatro de cada 10 tienen ingresos laborales por debajo del salario mínimo, y la mitad no cotiza en sistemas de pensiones.
Estas cifras resaltan la urgencia de abordar desafíos estructurales y desigualdades persistentes para lograr un desarrollo social inclusivo en América Latina.