Saber a qué profesión nos dedicaremos es una de las decisiones más difíciles. Tomar la mejor alternativa implica un análisis que no se debe tomar a la ligera para tener un mejor futuro.
MÉXICO.- Estudiar una carrera universitaria es una de la decisiones más importantes, contar con un mayor grado de estudios permite acceder a mejores ingresos y oportunidades a lo largo de la trayectoria profesional, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) el ingreso de jóvenes con estudios superiores incrementa 14% en comparación con quienes cuentan solo con bachillerato.
El tiempo en el que un egresado puede recuperar el dinero que gastó en su carrera es de nueve meses, en el caso de una educación pública , u ocho años en una licenciatura privada. | pexels
En México, aproximadamente 40% de los jóvenes se equivoca al elegir carrera, debido a presiones sociales o familiares, anudado a cuestiones económicas, esto según cifras del Instituto en Psicología Clínica y Social (IIPCS).
La preferencia entre cursar una licenciatura sobre otra, comúnmente obedece a términos subjetivos como gustos, habilidades, e incluso vínculos familiares, o cuestiones económicas, sin embargo esta decisión representa una fuerte inversión de tiempo, esfuerzo y dinero, por lo que existen otros aspectos financieros que pueden hacer la diferencia entre invertir o gastar en una carrera universitaria.
Si bien el nivel salarial de las distintas profesiones es importante, existen factores como el gasto promedio durante la trayectoria del estudiante, el retorno de inversión, la tasa de desempleo, e incluso si la institución es privada o pública que pueden hacer la diferencia entre una licenciatura y otra.
Es recomendable que los estudiantes analicen el costo promedio que representa la carrera, es decir el gasto que realizarán en inscripción, matrícula y examen de admisión, así como gastos en libros y materiales; de esta manera cuentan con un panorama económico el cual permitirá realizar la búsqueda de becas, un empleo de medio tiempo e incluso herramientas financieras como créditos educativos, los cuales te permiten estudiar para posteriormente liquidarse.
Ante este escenario los estudiantes no pueden dejar de lado el tiempo que tardarán en recuperar lo que invirtieron en su carrera profesional. Al respecto, el IMCO detalla cual es el retorno de inversión de cada profesión, así como el nivel de riesgo de desempleo, todos estos datos permitirán al aspirante no solo conocer el desempeño laboral de la carrera, sino incluso reconocer la viabilidad de estudiar en una universidad privada.
Por ejemplo, la licenciatura en Administración de Empresas, la carrera con más profesionales en México entre 52 carreras, tiene un costo promedio de 49,917 pesos en una universidad pública, mientras que en una institución privada el promedio es de 491,122 pesos. Pero el monto puede duplicarse, por ejemplo, en el Tec de Monterrey el desembolso total es cercano a 960,000 pesos.
El nivel salarial para un licenciado en Administración de Empresas con trayectoria laboral es de 12,788 pesos mensuales, no obstante el IMCO indica que cerca de 25% de los profesionales ganan menos de 7,018 pesos mensuales, mientras que quienes cuentan con un posgrado reciben un salario mensual promedio de 19,404 pesos al mes.
El tiempo en el que un egresado puede recuperar el dinero que gastó en su carrera es de nueve meses, en el caso de una educación pública , u ocho años en una licenciatura privada.
Sin embargo, al considerar la tasa de empleo, la licenciatura se encuentra en el lugar 22 de las carreras con mayor desempleo, puesto que cuenta con una tasa de desempleo por arriba del promedio de 5.4 por ciento.
Estudiar una carrera requiere, ante todo, de vocación y aptitudes, de acuerdo con el informe “Estudios por vocación” realizado por Infojobs, 71% de las personas que ocupan cargos directivos son profesionales que han elegido su futuro laboral por vocación, dato que contrasta con aquellos profesionales que han afirmado haber elegido su formación según su salida laboral, los cuales han ocupado posiciones de empleado (38%) o intermedias (35 por ciento).
Fuente(s): IMCO, El Economista e Infojobs