El verano es, junto a las Navidades, el momento del año en el que la mayoría de la gente gasta con más alegría y cuando más difícil resulta el ahorro.
MÉXICO.- En este verano, aunque no es fácil, es posible reducir gastos sin renunciar a disfrutar de esas semanas de descanso con las que la mayoría sueña durante todo el año. Es más, el verano es un buen momento para llevar más al día el control de nuestro dinero y disfrutar de nuestro tiempo de ocio con opciones que no vacíen nuestros bolsillos.
Para empezar, durante el periodo estival tenemos mucho más tiempo libre para organizarnos. Además, para muchas familias algunos gastos se reducen o incluso desaparecen. Es el caso de la mayoría de los gastos educativos: colegios, universidad, clases particulares (salvo que haya alguna asignatura que recuperar y se requiera un refuerzo) u otras actividades que tienen que ver con la formación académica. Se gasta menos también en calefacción y la luz se enciende menos horas al día.
Sin embargo, junto a estos ahorros, aparecen nuevos gastos que para algunos son imprescindibles (como los campamentos de verano o otras opciones para atender al cuidado de los hijos mientras los padres trabajan) y se incrementa el consumo en algunos suministros como la electricidad si hay que encender el aire acondicionado o el agua cuando se tiene jardín.
Por ese motivo, a menudo es conveniente preparar un presupuesto para los dos meses centrales del verano, ponerse ante una hoja en blanco y hacer un balance de ingresos y posibles gastos. El horario más relajado de estas fechas nos lo hará todo más sencillo y podremos dedicar más tiempo a planear un verano de gastos reducidos a través de estas 5 claves:
1. Planificar el menú. Una vez tengamos hecho el presupuesto, el primer paso es planificar un menú para el que llenaremos una cesta de la compra con productos a precios bajos y de temporada.
En esta época del año apetecen más los alimentos frescos, las ensaladas, la fruta… Tendemos a comer menos que en el invierno y eso nos va a ayudar a la hora de hacer nuestro presupuesto. Se puede recurrir a la cocina de aprovechamiento (de un plato sacar varios para distintos días de la semana). Haciendo un buen plan de comidas ahorraremos más de lo que imaginamos.
2. Contener las salidas al restaurante. Si ahorramos en comida, debemos contener también las salidas a comer y cenar fuera. Las vacaciones nos empujan a pasar muchas horas del día alejados del lugar de alojamiento (en la playa, en la montaña, en la piscina…), así que cenar y comer en casa no solo ahorra, también puede ser un momento más agradable y sosegado.
3. No saltarse el presupuesto en los viajes. No hay que renunciar a las vacaciones para ahorrar, pero debemos hacer un esfuerzo por ajustarnos al presupuesto que habíamos previsto y planificarlos con el máximo tiempo posible.. Cuanto más se acerque la temporada vacacional, los precios se irán encareciendo.
Recurrir a destinos poco demandados o viajar con líneas aéreas ‘low cost’, o incluso pensar en visitar a la familia o amigos, son opciones para quienes tienen un presupuesto reducido.. Si el destino es nacional, lo ideal sería buscar alojamientos a través de plataformas de alquiler de casas y dejar los hoteles para otra ocasión. De esta manera se podrán hacer las comidas con presupuestos más ajustados y evitar las comidas y las cenas en restaurantes.
4. Ofertas de última hora en turismo rural. Otra opción para las vacaciones es aprovechar ofertas de última hora en casas rurales. Esta opción es mucho más barata que la de ir a la playa, por ejemplo. Siempre habrá destinos donde podamos encontrar una casa que en el último momento nos dejen a buen precio.
5. Ahorrar energía. Estemos donde estemos, es importante ahorrar energía. Sí, apretar el botón que enciende el aire acondicionado es tentador y muy refrescante, pero también sale caro. Quizá este verano sea interesante hacer un pequeño esfuerzo en mantener la casa fresca aireando por la mañana, bajando persianas y oscureciendo las estancias durante el día para que no entre el calor. En las horas centrales del día el ventilador es mucho más económico que el aire acondicionado.
Fuente: BBVA México