Los gastos hormiga pueden salirse de control rápidamente, entre comprar un café todos los días, lo cual representa entre 50 a 80 pesos diarios (1,500 y 2,000 pesos aproximadamente al mes), contratar servicios de streaming que no siempre usan, querer escuchar música sin comerciales y la lista podría continuar.
MÉXICO.- Si nos pusiéramos a anotar cada gasto que hacemos nos daríamos cuenta que alrededor del 50% de nuestra lista se podría ahorrar y destinar ese recurso para proteger nuestro futuro con algún instrumento financiero como los seguros.
“Los millennials son una generación muy castigada con los instrumentos financieros. No tienen créditos hipotecarios, ni cuentas de ahorro. Eso termina por hacerlos gastar de forma inmediata y no contemplar inversiones necesarias e importantes, como lo es un seguro de vida. Sobre todo porque en México existe la idea de que este tipo de seguros son caros, poco accesibles y llenos de trámites y procesos engorrosos. Pero la realidad es que esto ya no es así”, explica Sebastián Villarreal, CEO de Super mx, plataforma que facilita la cotización y contratación de seguros en línea.
De acuerdo con la plataforma, los seguros digitales son herramientas financieras fáciles de contratar y con precios accesibles, hoy en día existen en el mercado seguros digitales con planes de pago que van desde los 150 pesos mensuales, es decir, más barato que un servicio de streaming.
Educación financiera
De acuerdo con los especialistas, en México, la penetración de los seguros de vida va en aumento; no obstante la mayoría de los usuarios se concentran en las grandes urbes como la Ciudad de México y el área metropolitana, Monterrey y Guadalajara.
Esto se debe a que en general la población de las zonas urbanas cuenta con más información y acceso a educación. Si bien se requiere una organización de gastos al contratar casi cualquier servicio financiero, los seguros de vida no tienen porqué ser una deuda más. Son accesibles y los beneficios que traen para las familias son enormes”, agrega el CEO de Super mx.
Según registros de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solamente 25% de la población mexicana adulta cuenta con algún tipo de educación financiera formal. La falta de penetración de los seguros de vida en México en parte puede explicarse por problemas estructurales para planear presupuestos, prevenir eventualidades y ahorrar para el retiro.
Beneficios
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, en México la penetración de los seguros de vida es del 1.1% del PIB nacional en términos de productos privados y de 3.5% considerando al IMSS e ISSSTE. Estas cifras contrastan con el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en los que se alcanza el 9.3 por ciento.
Cabe señalar que en la medida que empresas disruptivas de la industria de las aseguradoras han abierto el abanico de la oferta, muchos de los prejuicios que existen sobre los seguros de vida han quedado en el olvido, uno de ellos es el precio.
De acuerdo a información de Super mx, entre los principales retos para la contratación de un seguro de vida en el país se encuentra la creencia de que son productos sumamente costosos, poco necesarios y que la experiencia con las aseguradoras no siempre es buena.
Actualmente, además de la diversidad de precios y coberturas, los procesos de contratación son mucho más sencillos en la actualidad, particularmente cuando se trata de empresas digitales que han prestado particular atención a la experiencia de usuarios y la flexibilización de procedimientos. Una persona puede contar con un seguro en menos de cuatro días o incluso en uno, si cumple con los requisitos de la asegurada”, indican.
Cabe señalar que un seguro de vida no sólo funciona en caso de fallecimiento. Se trata de un instrumento de ahorro que da rendimientos importantes, puede incluso dar cobertura en caso de invalidez, abona poco a poco a la planeación de la vejez y jubilación de una persona, y da paz y tranquilidad para que una familia pueda desarrollarse. Todo eso por el mismo precio que cuesta poder ver series de televisión y películas.
Fuente: ENIF, Hacienda, Super Mx e Inegi