Podemos aprovechar la vuelta de las vacaciones y el inicio del curso escolar para hacer una radiografía de nuestra situación financiera y personal, cambiar lo que no nos gusta y replantearnos nuestros objetivos.
MÉXICO.- Ocúpate. El primer paso para crear un hábito e interiorizar nuevos cambios y formas de actuar que nos ayuden -tanto a nivel económico como personal- pasa por concienciarse. De poco sirve preocuparse si no nos ocupamos.
Por eso, para comenzar el último trimestre del año con mejores hábitos financieros y nuevos objetivos debemos concienciarnos de que para cumplir nuestras metas futuras hay que empezar a preparase hoy.
La mejor forma de asegurarnos nuestro futuro es empezar a reconocer y entender las consecuencias de las decisiones que tomamos en el día a día.
Aprende a relacionarte con tu dinero. Entender qué es el dinero y cómo nos ayuda es fundamental para tomar buenas decisiones, financieras y personales.
Si comprendemos que el dinero no es un fin en sí mismo, sino que es el medio que nos va a ayudar a conseguir nuestros objetivos, podremos saber cuánto dinero realmente necesitamos y de qué forma tenemos que invertirlo para conseguir la rentabilidad final que nosotros necesitamos.
Si no tenemos esto claro corremos el riesgo de invertir sin rumbo, fijándonos en las modas del momento o en lo que hacen los demás, y sin saber para qué ni por qué lo hacemos.
Esto nos puede llevar a caer en el error de invertir en productos que no son adecuados para nosotros, a sufrir más de lo debido, a perder dinero o a estar insatisfechos porque siempre ‘queremos más’.
Define tu proyecto biográfico. ¿Qué quiero ser? ¿Qué quiero para mí? ¿Qué necesito? ¿Qué me preocupa? ¿Qué quiero hacer con mi tiempo? ¿Cómo quiero vivir cuando me jubile? ¿Qué metas tengo? Responder a todas estas cuestiones es fundamental antes de invertir nuestro dinero o de, por ejemplo, decidir donarles en vida una parte a nuestros hijos.
En un primer momento puede resultar abrumador, pero tenemos que saber que es vital saber qué objetivos tenemos y cuánto cuestan para saber realmente dónde y cómo debemos invertir nuestros ahorros y qué productos o estrategias son buenos para nosotros.
Profesionaliza tus inversiones. Acudir a un asesor financiero es clave para lograr esa rentabilidad que necesitamos para hacer todo aquello que hemos definido anteriormente.
Con un asesoramiento financiero personal, cercano, honesto y de calidad vamos a trazar el plan de inversión que necesitamos, teniendo en cuenta nuestras circunstancias personales, además de nuestra situación profesional, empresarial y familiar.
Nuestro asesor financiero nos ayudará a definir nuestro horizonte temporal de inversión, nuestro déficit -la diferencia entre lo que tenemos y necesitamos- y, en consecuencia, a qué tasa de rentabilidad debemos invertir.
De esta forma, fijaremos qué nivel de riesgo podemos asumir y aprenderemos a controlar nuestras emociones para no ponernos nerviosos con los momentos de más volatilidad.
Nuestro asesor financiero también nos ayudará a interpretar lo que está pasando y cómo nos afectan ciertas noticias y datos económicos como, por ejemplo, la inflación, de forma que podremos cambiar nuestra estrategia de inversión si fuera necesario.
No te olvides de que tienes un plan. Para tener éxito con los puntos anteriores es fundamental establecer un seguimiento de nuestras inversiones y de nuestra situación de la mano de nuestro asesor financiero, pensar a largo plazo y comprometernos con nuestros objetivos.
Fuente: Cinco días el País