La actitud de conformismo, pasividad y postergación de decisiones no solo afecta los procesos internos de las áreas correspondientes, sino que también repercute en el rendimiento general de la empresa y su imagen.
MÉXICO.- Las empresas enfrentan constantemente situaciones imprevistas que pueden afectar su funcionamiento y generar gastos adicionales.
Esto requiere coordinación, programas de capacitación oportunos por parte del área de Recursos Humanos y un enfoque constante en atender y administrar eficazmente los imprevistos y cambios que surgen, para mantener la productividad, la imagen y la atención al cliente en un nivel óptimo. | pexels
Sin embargo, muchas veces se descuida el Sentido de Urgencia necesario para abordar estos problemas de manera oportuna y tomar las acciones necesarias para minimizar su impacto en las operaciones de compra, producción, distribución, venta y finanzas. Estas situaciones suelen ser resultado de deficiencias en la capacitación, aptitud y actitud de algunos miembros del personal.
La actitud de conformismo, pasividad y postergación de decisiones no solo afecta los procesos internos de las áreas correspondientes, sino que también repercute en el rendimiento general de la empresa y su imagen, especialmente cuando se trata de interacciones directas con el público consumidor en tiendas y centros de servicio.
El problema se agrava cuando algunos supervisores, gerentes e incluso directores adoptan estas actitudes, ya sea en grandes empresas o en pymes, lo que puede permear a los empleados y al personal sindicalizado.
Es fundamental que todo tipo de empresas promuevan y sensibilicen sobre el Sentido de Urgencia entre sus directivos, gerentes y supervisores de todas las áreas. Algunos aspectos a tener en cuenta son:
Respetar y cumplir los planes y programas establecidos para prevenir imprevistos y ajustes de última hora. Dar prioridad a las actividades y funciones más relevantes, sin descuidar las de menor importancia.
Reaccionar de manera ágil ante imprevistos laborales que puedan afectar los procesos propios y los de otras áreas.
Tomar decisiones adecuadas y realizar ajustes sobre la marcha, incluso dedicando más tiempo para cumplir con los planes de trabajo.
Reconocer que los retrasos pueden afectar en cadena los resultados de otras áreas. Entregar resultados a tiempo, con calidad y de acuerdo a los objetivos establecidos, incluso superándolos.
Cuando falla el Sentido de Urgencia y no se manejan correctamente los cambios e imprevistos, pueden surgir pérdidas económicas debido a diversas causas, como falta de mantenimiento en la maquinaria, retraso en pedidos a proveedores, alteración de los horarios de producción, incumplimiento en facturación y entrega de pedidos, y estimados de cobranza no cumplidos, lo que afecta el flujo de efectivo de la empresa.
En conclusión, el Sentido de Urgencia debe ser una cualidad presente en todos los niveles de la empresa, desde la Dirección General hasta los empleados y el personal sindicalizado.
Esto requiere coordinación, programas de capacitación oportunos por parte del área de Recursos Humanos y un enfoque constante en atender y administrar eficazmente los imprevistos y cambios que surgen, para mantener la productividad, la imagen y la atención al cliente en un nivel óptimo.